El paciente roncador / SAOS: alternativas terapéuticas actuales y criterios de elección de las mismas
# Articulos y opinionesDr. Javier Vila Martín y Dr. Alejandro Ferré Maso
En este artículo se hará un breve repaso de la clínica de la roncopatía en general, y del síndrome de apneas obstructivas del sueño (SAOS) en particular, así como de los roncadores simples.
También se revisarán las alternativas diferentes terapéuticas, para desarrollar a continuación los criterios que se deben seguir para elegir el tratamiento más adecuado para cada paciente.
INTRODUCCIÓN
El estudio del SAOS, no empezó a realizarse con rigor científico hasta finales del siglo XX. En 1972 Lugaresi y Guilleminaut lo definieron. A partir de entonces, se inició un proceso mundial de profundización en la clínica y el tratamiento de esta enfermedad. Surgieron diversos tratamientos quirúrgicos: en 1977, Quesada y Perelló, definen la técnica de la resección parcial de paladar; en 1981 Sullivan introduce la CPAP (Continous Positive Airway Pressure). Todavía hoy en día se sigue investigando en este síndrome, que por su corta historia, aún requiere mayor conocimiento de su fisiopatología y tratamiento.
DEFINICIONES
Ronquido simple o primario (RS): ruido inspiratorio que se produce durmiendo, por un estrechamiento de la vía, que permite que se produzca una vibración sonora.
Apnea(A): parada del flujo de aire en las vías respiratorias de más de 10 segundos. La mayoría de apneas son obstructivas, pero también las hay centrales, es decir, sin que se produzca estrechamiento de las vías respiratorias altas (VAS), y mediada por mecanismos neurológicos.
Hipopnea(H): disminución del 50% del flujo aéreo durante más de 10 segundos. Tiene casi el mismo valor patológico que una apnea.
El síndrome de apneas obstructivas del sueño (SAOS), que siendo estrictos, debe llamarse síndrome de apneas-hipopneas obstructivas del sueño (SAHOS), o sin entrar en el tipo de apnea, simplemente síndrome de apneas del sueño (SAS), se define como el fenómeno patológico en que el paciente, al dormir, tiene más de 3 apneas/hipopneas por hora.
Índice de Apneas/hipopneas por hora (IAHH): número de A e H por hora (A+H)*min/60 . Define si existe o no SAOS, y qué gravedad tiene.
– <5: se considera dentro de la normalidad, es decir, no patológico.
– Entre 5 y <15: SAOS leve
– Entre 15 y <30: SAOS moderado
– Mayor o igual a 30: SAOS grave
Existe una entidad, denominada síndrome de aumento de resistencia de las vías aéreas (SARVAS), donde, aunque no se producen apneas ni hipopneas, sí se produce un aumento de la resistencia al paso de aire, que puede provocar una clínica semejante al SAOS.
Roncopatía Crónica (RC): engloba todo lo anterior.
Respiración alterada del sueño / Sleep Disordered Breathing (RAS/SDB): SAHS+SARVAS
El diagnóstico de SAOS se realiza con una polisomnografía
(PSG), prueba que requiere un mínimo de 5 horas de sueño, y que valora la fase de sueño, mediante un electroencefalograma), la satuación de oxígeno, el flujo respiratorio, los movimientos torácicos y la posición corporal. Idealmente se debe acompañar de una grabación de vídeo. Por motivos económicos, se está empezando a usar una PSG reducida, la poligrafía, que puede realizarse en el domicilio del paciente, que no registra la actividad cerebral, sino sólo el flujo aéreo oronasal. Es un método fiable, pero que puede infravalorar los resultados, ya que parte de la actividad registrada, puede no estar grabándose en un sujeto dormido.
Figura 1. Límites de la orofaringe.
ETIOPATOGENIA (Ver fig. 1)
El proceso de obstrucción de la roncopatía crónica (RC), que, recordémoslo, engloba tanto al SAOS como al ronquido simple, se produce en la orofaringe, fundamentalmente, es decir, en la zona de la faringe situada por debajo de una línea imaginaria que prolonga el paladar duro posteriormente, y por encima de otra, paralela a la anterior, que pasa por encima del hueso hioides. En la orofaringe, hay tres partes fundamentales:
La porción del velo del paladar, que incluye la úvula y el paladar blando, así como los pilares amigdalinos y las amígdalas palatinas.
La porción de la base de la lengua.
Las paredes laterales y posteriores de la faringe.
Las apneas/hipopneas se producen durante la inspiración, así como la máxima intensidad sonora del ronquido.
En la etiopatogenia de la roncopatía, hay numerosos factores físicos, que influyen en la producción del problema: tanto para el ronquido como para la apnea o la hipopnea, se requieren unos factores provocadores o facilitadores, como son una orofaringe estrecha, unos tejidos blandos de la orofaringe laxos o distensibles, que produzcan las condiciones para que se produzcan fenómenos físicos que explican el ronquido o la apnea: fenómeno de Venturi, ley de Poiseuille etc. La diferencia fundamental entre el roncador simple y el apneico es que en el roncador el aire vibra al pasar, pero pasa con un flujo normal.
Es característico encontrar una anatomía común a los SAOS-roncadores. No está tan claro sin embargo, porqué unos de estos pacientes serán roncadores simples y otros SAOS. Existen factores extraanatómicos no del todo comprendidos, que lo justifiquen. (Ver Fig. 2 a 4)
Además de la obstrucción de la orofaringe, por ocupación de su luz por parte de los tejidos blandos, hay otros factores que pueden agravar el problema, como puede ser, el tener obstrucción nasal, que provoca una mayor velocidad del flujo de aire, lo que a su vez provoca una presión negativa durante el paso del aire por la orofaringe, si el paso a este nivel es estrecho.
La posición en decúbito supino facilita la caída de la base de la lengua hacia la luz orofaríngea, lo que también puede ser motivo de que aparezcan apneas, en un sujeto que durmiendo de lado no las tenga.
EPIDEMIOLOGÍA
Los roncadores simples son muy frecuentes, su prevalencia oscila entre el 15 y el 64%, según la edad y sexo de la población estudiada. En general es más frecuente en varones (2:1) y más entre las 5º y 6ª décadas de la vida. Presentan SAOS entre el 2 y el 5% de la población.
El problema es, como vemos, común. Sin embargo, es frecuente que el paciente no sea diagnosticado hasta haber pasado varios años con el problema. Lo ideal sería su diagnóstico y tratamiento precoces.
CLÍNICA
Hay múltiples síntomas atribuibles al SAOS, algunos inequívocamente, y otros no con seguridad, ya que también pueden encontrarse en sujetos normales, aunque con menor frecuencia. Algunos de estos síntomas son nocturnos y otros diurnos.
Síntomas nocturnos muy claramente asociados:
– Ronquidos.
– Apneas.
Síntomas nocturnos probablemente asociados:
– Sensación disneica.
– Sialorrea.
– Sequedad boca.
– Bruxismo.
– Sueño alterado /despertares.
– Nicturia
Figura 2. Exploración transoral de un paciente con hipertrofia amigdalar.
Figura 3. Exploración transoral de un paciente con hipertrofia de la úvula y resto del velo del paladar.
Figura 4. Exploración transoral de un paciente con macroglosia
Síntomas y patología diurnos muy claramente asociados:
– Hipersomnia o somnolencia diurna: mayor frecuencia de accidentes de tráfico.
– Edemas de úvula matinales frecuentes.
Edemas de úvula matinales.
Alteraciones neurocognitiva.s
Cambios de humor.
Disfunción sexual.
Síntomas de RGE.
A largo plazo:
– HTA/Cardiopatía.
– Neumopatía.
Los sujetos que sólo roncan (roncopatía simple), no tienen consecuencias patológicas por este hecho, pero sí les produce con frecuencia alteraciones en vida conyugal y en vida social. Además comparte con los pacientes que tienen SAOS algunos de los síntomas, como son la sequedad de boca al despertarse, los edemas de úvula matinales etc.
TRATAMIENTO
El tratamiento del paciente roncópata es multidisciplinar. Existen múltiples modalidades terapéuticas, las cuales describiremos someramente.
El tratamiento debe, idealmente ser planteado por un equipo multidisciplinario, donde suele haber un especialista en Neurofisiología clínica o un neurólogo y un otorrinolaringólogo. Además, se puede contar, como especialidades de apoyo, con un odontólogo
Figura 5. Tratamiento con CPAP (presión en la vía aérea positiva continua).
con capacitación en medicina oral del sueño, un nutricionista o endocrinólogo, un cirujano maxilofacial.
Los tipos de tratamiento que han demostrado utilidad son:
1. Pérdida de peso:
a) Dieta hipocalórica.
b) Balón intragástrico.
c) Cirugía bariátrica.
2. CPAP (continous positive airway pressure)
3. Cirugía vías aéreas superiores (VAS):
a) Cirugía velopalatina.
b) Cirugía basilingual.
c) Adelantamiento maxilar.
d) Traqueostomía.
4. Aparatología intraoral (AIO):
a) FAM (Férulas avance mandibular).
b) Dispositivos retenedores de lengua.
5. Otros:
a) Medidas posicionales.
b) Evitar tabaco, OH…
La pérdida de peso es un objetivo fundamental cuando el sujeto que presenta roncopatía tiene sobrepeso, ya que está claramente demostrado que la obesidad predispone a la roncopatía. Además la obesidad, per sé, predispone a enfermedades que también provoca el SAOS, como son las enfermedades cardiovasculares, de modo que los obesos con SAOS tienen doble factor de riesgo. Con frecuencia se requiere un especialista en nutrición para ayudarles a perder peso y mantenerlo. En ocasiones es necesario llegar a procedimientos más invasivos, como son la colocación de balones intragásticos, temporales, que obligan a reducir la cantidad de ingesta. Por último, en sujetos con obesidades extremas, se puede indicar la cirugía bariátrica (reducción gástrica), procedimiento agresivo, pero muy efectivo. La normalización del sobrepeso, no sólo puede disminuir o, en ocasiones, hacer desaparecer el SAOS sino también los ronquidos.
La realidad, es, sin embargo, que son relativamente pocos los pacientes obesos que llevan a término una pérdida de peso suficiente y mantenida.
La CPAP (Ver figura 5) se considera en la actualidad el tratamiento patrón de oro en el tratamiento del SAOS. Implica la colocación de una mascarilla nasal (ocasionalmente también puede ser oral y nasal), que insufla aire a presión variable, predeterminada según las necesidades de cada paciente, de modo que se permite que el aire supere la presión de las paredes de la orofaringe y llegue a los pulmones. Los pacientes que usarán CPAP deben someterse a un proceso de regulación de la presión mínima necearia para evitar las apneas. La CPAP también evita el ronquido, pero no está indicada como tratamiento del roncador simple, por su complejidad.
Es un recurso terapéutico de primera línea, ya que su eficacia está demostrada: mejora las consecuencias cardiovasculares y neurocognitivas del SAOS, disminuye el número de accidentes de tráfico causados por la somnolencia, y en general, neutraliza el SAOS como factor de riesgo. Sin embargo, es una máquina grande, que requiere conexión a la corriente, una mascarilla nasal, conectada a un tubo que llega al motor de la CPAP. Todo ello provoca en no pocos pacientes rechazo, por la sensación de dependencia y de falta de libertad que produce así como su posible interferencia en la vida de pareja. No suele ser aceptado bien por gente joven, o con ciertos estilos de vida (gente que viaja a menudo, o personas sin pareja estable). El cumplimiento terapéutico, si se considera éste el uso durante más de 4 horas cada noche, oscila entre el 46 y el 83%. (Ver Fig. 6 a 8)
La cirugía del SAOS, es muy variada y de resultados, también variables. Por desgracia, en general, cuanto más agresiva, más efectiva es. Por ejemplo, la traqueostomía es efectiva en el 100% de los casos, y los avances bimaxilares importantes, lo son en más del 90%. Sin embargo, los dos procedimientos previamente descritos, son usados de forma poco habitual en el tratamiento del SAOS por su agresividad quirúrgica el segundo, y por lo incómodo y poco compatible con una vida normal, el primero.
Salvo los avances maxilares, se trata de cirugías realizadas habitualmente por especialistas en Otorrinolaringología.
Podría decirse que no hay ningún paciente que no se beneficiase de tratamiento quirúrgico por roncopatía, pero en algunos casos (antecedentes patológicos graves, edades avanzadas o muy buena aceptación del tratamiento con CPAP) no lo harían tratamiento de primera elección.
Si tenemos en cuenta que, como decíamos al principio, la obstrucción en los roncópatas se produce en la orofaringe, todo procedimiento que permita aumentar el espacio a este nivel, ayudará a disminuir la obstrucción. En este sentido, es de gran importancia realizar una completa exploración de la morfología de las vías aéreas superiores (VAS) que permitirá indicar qué procedimiento será más indicado para cada paciente.
En los casos en que haya obstrucción a nivel del velo del paladar, se puede realizar una Resección parcial del velo del paladar (Quesada-Perelló) asociada o no a una amigdalectomía o una uvulopalatofaringoplastia (Fujita). Ambas técnicas permiten evitar que el paladar blando produzca efecto masa al ocupar una parte de la orofaringe, mediante la resección de tejidos blandos del mismo, intentando respetar la función esfinteriana de protección del paso de alimento hacia la rinofaringe.
Si la hipertrofia velopalatina es de menor importancia, se puede evitar realizar cirugía resectiva, y realizar radiofrecuencia (RF) velopalatina, de modo que se consigue una moderada reducción del tamaño de los tejidos por la cicatrización retráctil que surge tras la quemadura interna que se produce.
Se trata de un procedimiento bien tolerado por los pacientes, que funciona más o menos, en función del peso que en la obstrucción orofaríngea tenga el velo del paladar. Por desgracia, lo más frecuente es que la obstrucción sea mixta, velopalatina y basilingual, por lo que para conseguir la curación, en muchos pacientes se deba realizar cirugía que evite la protrusión de la base de la lengua.
Cirugías que actúan sobre la base de la lengua pueden clasificarse en directas o indirectas. Las directas, reducen el tamaño de la base de la lengua, mediante su resección parcial, con LASER CO2 u otros sistemas. Particularmente prometedor, en nuestra experiencia es el uso de bisturí armónico, con el que conseguieos estirpar hasta 6 cc. sin efectos secundarios permanentes . Si no es necesario remover mucha cantidad de tejido, podemos recurrir a la RF de la base de la lengua.
Las cirugías basilinguales indirectas buscan aumentar el espacio orofaríngeo adelantando la base de la lengua, traccionando de ella hacia adelante (avance geniogloso) mediante el reposicionamiento anterior de la zona mandibular donde se inserta el músculo que conforma la mayor parte del cuerpo de la lengua. Hay otros procedimientos que buscan un efecto semejante, como es la suspensión hioidea, en que se sutura el hueso hioides sobre la porción superior del cartílago tiroides. Nosotros no solemos practicar estos métodos indirectos, por considerarlos menos predecibles que los directos.
Otro método indirecto de avance basilingual sería el avance mandibular, que tiene especial indicación en aquellos pacientes que además de tener SAOS tienen retrognatia. Este método permite una mayor ganancia de espacio orofaríngeo que los otros métodos indirectos. Por último, el avance bimaxilar, permite incrementar el espacio orofaríngeo, actuando tanto sobre el paladar blando como sobre la base de la lengua. Es un método efectivo, pero muy agresivo, que además implica cambios importantes en el rostro, que no suele ser aceptado por los pacientes, en nuestra experiencia.
Figura 6. Incisión de la resección parcial de paladar (RPP).
Figura 7. Tejido que se reseca en la RPP.
Figura 8. Paciente tras ser intervenido de RPP.
La cirugía funcional nasal, también tiene su papel en el tratamiento del SAOS: no es casi nunca, la nariz el factor obstructivo clave, pero sí puede contribuir a hacer que una orofaringe con poca luz provoque apneas o ronquidos. Además la cirugía funcional nasal puede también ayudar a que se tolere mejor la CPAP, que requiere unas fosas nasales permeables para funcionar correctamente, sin necesidad de mucha presión.
Se habla de cirugía multinivel para el tratamiento del SAOS cuando se actúa a distintos niveles anatómicos: nariz, velo del paladar, base de la lengua etcétera. Esta cirugía suele hacerse de forma escalonada, comenzando por la cirugía velopalatina y nasal, siguiendo por cirugía basilingual, y acabando, si es preciso en el avance bimaxilar.
Por último, en cuanto a tratamiento quirúrgico, comentar que en los niños, con SAOS la causa más frecuente está en la hipertrofia amigdalar, acompañada de hipertrofia adenoidea, y que en ellos la adenoamigdalectomía tiene un elevado índice terapéutico. (Ver Fig. 9)
En los últimos 20 años se han ido desarrollando, con cada vez mayor efectividad, distintos aparatos intraorales, especialmente las férulas de avance mandibular (FAM) o dispositivos de avance mandibular, que mediante el anclaje en maxilares superiores e inferiores, fuerzan anteriormente la posición mandibular. Los que mejor resultado dan son los que permiten regular el grado de adelantamiento mandibular. En número de distintos tipos de estos dispositivos dan para otro capítulo, pero diremos que en nuestra experiencia (hemos usado el Ortoapnea®) son efectivos en muchos pacientes SAOS. Pero, hay aproximadamente un 40- 50% que no responden de modo suficiente a este tratamiento, por lo que estamos estudiando un protocolo en que la exploración de las VAS puede ayudar a definir a priori qué pacientes se beneficiarán más de este tratamiento.
Limitaciones de las FAM son que requieren un mínimo aproximado de 10 dientes por arcada, distribuidos equilibradamente, que el efecto depende de la capacidad de protrusión mandibular de cada paciente, y que hay pacientes que no llegan a protruir más de 3mm, lo que disminuye sus posibilidades de curación.
En nuestro entorno, apreciamos que los profesionales que tratan mayoritariamente a los pacientes afectos de SAOS (neurofisiólogos, otorrinolaringólogos y neumólogos, así como los médicos de cabecera) no están familiarizados con estos tratamientos, de modo que no se les suele comentar a los pacientes que existe esta alternativa terapéutica. Otro factor que explica lo anterior es que, a diferencia de todos los tratamientos anteriores, que suelen estar financiados por el Sistema Nacional de Salud, estos aparatos no lo están. Tampoco observamos que el odontólogo medio esté familiarizado con ellos.
Una ventaja es su reversibilidad y escasos efectos secundarios, si se realizan por un profesional formado.
Es interesante tenerlos en cuenta, como alternativa terapéutica, sobre todo en casos de SAOS moderados y leves, en roncadores simples e incluso como tratamiento alternativo ocasional en los SAOS graves (por ejemplo como alternativa en pacientes que se van de viaje, durante los días del viaje, o simplemente para romper ocasionalmente la rutina del uso de la CPAP). Suelen ser bien aceptados por los pacientes, especialmente aquellos que lo tienen como alternativa a CPAP o a la cirugía, en pacientes que no desean entrar en quirófano.
Un aspecto interesante es que el uso de FAM puede ser complementario a un tratamiento quirúrgico que ha mejorado parcialmente el IAH de un pacientes con SAOS; especialmente útil nos parece la combinación de cirugía velopalatina y FAM, que permite en muchas ocasiones evitar la parte de la cirugía basilingual. Esto es importante, ya que tanto los tratamientos quirúrgicos como las FAM mejoran a casi todos los pacientes tratados, pero no siempre curan del todo, y por ello es importante pensar en la combinación de ambos.
Para finalizar, no se debe olvidar mencionar que hay otros tratamientos complementarios, como son los cinturones posicionadores (o como método más casero, coserse una pelota de tenis a la parte posterior del pijama, que evitan la posición en decúbito supino, que provoca en muchos pacients más apneas que el decúbito lateral.
También es importante advertir a los pacientes que el alcohol y otras drogas o medicaciones relajantes musculares, contribuyen a que se incremente la obstrucción orofaríngea nocturna.
Por último, en el caso de SAOS en niños, debemos tener en cuenta que, si bien la causa más frecuente es una hipertrofia amigdalar, la morfología de la vía aérea superior puede modificarse parcialmente con ortodoncia, que permita un ensanchamiento en el sentido laterolateral, así como unos tratamientos que prevengan una retrognatia.
¿CÓMO ELEGIR EL MEJOR TRATAMIENTO
PARA CADA PACIENTE?
Llegados a este punto, nos tenemos que preguntar: ¿hay que tratar a todos los roncópatas? ¿qué tratamiento ofrecerle a cada caso, y en qué nos debemos basar?
Sin duda, todo profesional de la salud que vaya a tratar a estos pacientes debe tener unas nociones de qué alternativas terapéuticas existen además de la que él ofrece, y ser capaz de explicárselas al paciente, de modo que éste pueda opinar.
Además, no todos los pacientes con SAOS deben ser tratados. Respecto a los roncadores simples, su tratamiento deberá ser solicitado por ellos mismos, según el grado de interferencia tenga el ronquido en sus vidas, ya que el ronquido no pone en riesgo su salud.
Figura 9. Férula de avance mandibular regulable (Orthoapnea ®)
Vamos a exponer a continuación unas consideraciones de cuándo abogar por uno u otro tratamiento:
Según gravedad de SAOS:
– En casos graves, se suele recomendar iniciar el tratamiento con CPAP, como primera opción, debido a que es un tratamiento que funciona en casi el 100% de los casos, y que estos pacientes requieren un tratamiento inminente.
– En casos moderados y, sobre todo, leves: no siempre hay que tratarlos. En estos casos, se debe tener en cuenta:
Si tienen enfermedades que puedan agravarse con las apneas y desaturaciones de oxígeno, como son las enfermedades cardíacas en general, la hipertensión arterial, y las enfermedades neurocognitivas, como pueda ser haber sufrido un ictus. Todo lo anterior es motivo de seguir tratamiento.
Si tienen síntomas directamente atribuibles al SAOS, que mejoran con el tratamiento, como
ha somnolencia diurna o sensación de sueño no reparador.
Hay muchos síntomas que pueden estar relacionados con SAOS, pero no se puede saber con seguridad qué implicación tiene en cada caso. Por ejemplo, la falta de concentración, las cefaleas matinales, ciertas disfunciones eréctiles o disminución de la líbido. En estos casos, si no hay otros síntomas, se debe hacer un tratamiento reversible de prueba (CPAP o FAM), para valorar si hay mejoría de los síntomas, y en este caso, plantearse un tratamiento mantenido.
– En caso de que se decida que es aconsejable iniciar tratamiento a un paciente con SAOS moderado o leve, la CPAP es una opción, pero no la primera. En este caso se deberá plantear otras alternativas terapéuticas, teniendo en cuenta los hallazgos exploratorios.
Si el paciente es obeso, será obligatorio insistirle en que debe intentar corregir su sobrepeso. De entrada, un paciente con sobrepeso con posibilidades de que la pérdida de peso sea solución de su problema, debe ser tratado con métodos reversibles (CPAP o FAM).
Según los hallazgos exploratorios, realizados por un otorrinolaringólogo experto en SAOS: estos deben ser un factor importante en la toma de decisiones. Sería una lástima pautar a un paciente un tratamiento con CPAP si tiene una hipertrofia amigdalina cuya solución quirúrgica es fácil. Se debe intentar ver qué está causando la obstrucción: si predomina el componente velopalatino, el basilingual o el mixto. En función de estos hallazgos se podrán plantear o no tratamientos quirúrgicos concretos. En esta exploración, también es fácil valorar si el paciente sería candidato para FAM, viendo si tiene un número y calidad de dientes aceptable, una capacidad de avance mandibular suficiente, así como viendo, mediante fibroscopia, cuánto aumenta la luz de la vía cuando se lleva la mandíbula a una posición más adelantada.
Si en la PSG se ha detectado un componente posicional importante, será interesante usar métodos que eviten la posición decúbito supino.
Según la edad del paciente:
– Los niños suelen responder a tratamiento con adenoamigdalectomía, pero algunos pueden además ser tratados con ortodoncia preventiva del SAOS en el adulto.
– Los pacientes jóvenes, suelen rechazar la CPAP, de modo que en ellos se intentrá ofrecerles tratamiento quirúrgico si es factible y/o tratamiento con FAM (en ellos es más raro no tener un número y calidad de dientes adecuado).
Según el tipo de vida que lleva el paciente, como hemos mencionado, pacientes sin pareja estable, o que viajan con frecuencia suelen buscar alternativas a la CPAP. Sin embargo, si quien viaja con frecuencia, lo hace conduciendo él mismo, se le debe advertir de que, a no ser que sea muy buen candidato a mejorar con alternativas a CPAP, debe obligarse a usar CPAP, por su profesión de riesgo a padecer accidentes de carretera.
Según el planteamiento vital del paciente: hay quien quiere cualquier cosa antes que entrar a quirófano, y quien se dejaría intervenir en varias ocasiones antes que depender de una CPAP…
Según criterios económicos: un porcentaje importante de pacientes visitados en un hospital de la Seguridad Social, descartan cualquier tratamiento que les suponga un gasto importante, de modo que esto hace poco probable que estos pacientes acepten autofinanciarse una FAM.
Por último, para los roncadores simples, las alternativas más aconsejables son: cirugía velopalatina o FAM, según su criterio, y la exploración de VAS.
CONCLUSIONES
El tratamiento de la roncopatía debe ser interdisciplinaria, con buena comunicación entre ellos y criterios homogéneos.
Hay múltiples modalidades terapéuticas, y conviene conocer las ventajas e inconvenientes de cada una, para podérselo transmitir al paciente.
Hay varios factores que permiten individualizar el tratamiento que se le ofrece a un paciente con SAOS o roncador simple.
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Dr. Javier Vila Martín y Dr. Alejandro Ferré Maso